Al igual que miles de personas, el pasado viernes vi por tv la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos 2024. Una ceremonia diferente, que rompió con lo tradicional, muy bien organizada. La vi hasta el final y que bueno que así fue, eso me da la oportunidad de poder comentar lo que pude apreciar y sobre todo, poder referirme a la escena que creó controversia en las redes sociales.

El domingo en la mañana me encontré con los comentarios y ataques provocados por una interpretación que alguien hizo sobre la supuesta relación que se podía establecer entre la escena de la Ultima Cena y la representada en la ceremonia de apertura. No lograba recordar a qué escena en particular se refería, así que tuve que repasar el video de lo presentado y créanme que me dio trabajo dar con la misma. Creo que la repasé más de cinco veces y aun así no lograba establecer la aludida relación.

Regresé a las redes y me dediqué a leer lo que se había publicado. Entre los comentarios me topé con uno que explicaba, desde el punto de vista cultural, cuál era la referencia aludida en esa escena y que a mí me pareció mas sensata y con base artística-cultural.

Una vez publicado este comentario explicativo, como por arte de magia, los comentarios negativos y amparados bajo fundamentos religiosos dejaron de aparecer. Quiero pensar que recibieron una “cápsula del saber” y que la misma iluminó sus mentes. O que tal vez, para que no los pusieran en la lista de ignorantia-ridiculos, optaron por permanecer callados.

Dos ideas me ocupan. La primera: las redes sociales son la educación de las masas, lo que considero muy peligroso. La segunda: la involución se hace mas evidente a medida que la tecnología evoluciona.

La primera idea es materia inagotable para ensayos y reflexiones. Ya aparecerán ocasiones para aprehender en otros escritos.

La segunda idea es la base para mi planteamiento sobre lo ocurrido con las interpretaciones atribuidas a lo presentado en la apertura. Hemos retrocedido un siglo y lo peor de todo es que lo hacemos amparados bajo el paraguas de la religión (cualquiera que sea o se practique). Han despotricado y mostrado su rechazo absoluto a lo que es diferente, a la norma establecida. Se armaron de palabras y sentimientos intolerables para atacar, disminuir, vejar a otros seres humanos. Dejando ver en forma clara, la verdad de sus sentimientos hacia el otro, hacia aquel que no se somete a la norma. Me pregunto, ¿acaso esa es la enseñanza que nos da la religión que practicamos? ¿Es normal arrodillarse los domingos, orar y el resto de la semana mostrar intolerancia, desprecio y rechazo hacia nuestro prójimo, sea quien sea?

Quiero dejar claro que las creencias, religiones deben ser respetadas. Pero las practicas de amor al prójimo, deben ser uniformes y solidarias. Las opiniones son como el ombligo, todos tenemos uno. Lo que no debe ser aceptable ni tolerable es ese odio y menosprecio hacia lo que es diferente y diverso en nuestro entorno. En última instancia, el respeto se muestra cuando hacemos valer nuestra opinión con la verdad que viste nuestras creencias particulares y no con el menosprecio del otro.