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20 Ago 2024

Macarrones con chuletas

Post by Ibis Rodriguez

Uno de los platos favoritos que mi mamá nos servía cuando éramos pequeños era macarrones con chuletas. En un principio éramos 5 en la familia, hasta que nació mi hermano menor, a quien le llevo 11 años.

Mis padres trabajaban en el gobierno de mi Isla, hasta que en su última etapa profesional, mi papá se fue a trabajar en la empresa privada dentro del campo de la educación universitaria. Así que ambos llegaban, de sus respectivos trabajos, más o menos a la misma hora y mi mamá se cambiaba de ropa rápidamente y pasaba a preparar la comida de la tarde.

Si no se había sacado carne del refrigerador, echaba mano de una lata de “combif” (corned beef) y la preparaba en un santiamén, junto con el arroz blanco y las papas fritas que le ponía a la carne. En menos de una hora, ya estábamos comiendo. Otra alternativa era preparar macarrones con chuletas, ya que éstas podían descongelarse fácilmente. También acompañaba este plato con arroz blanco.

Ya más adulta también me di cuenta que era una alternativa conveniente cuando ya la compra se iba acabando y había que rendir lo que hubiese, para que todos comiéramos. Me topé con ese descubrimiento porque mi tía paterna, titi Elba, me pedía que le prepara macarrones con chuletas, cada vez que la visitaba. Una razón era que le gustaba y la otra que era una comida económica y que rendía muchísimo (con una caja de macarrones y tres o cuatro chuletas podía alimentar a toda su familia – que era numerosa también-) Y me refiero a macarrones porque recuerdo que los tres tipos de pasta más comunes eran esos, junto a los espaguetis y coditos. Ahora encontramos en los supermercados un pasillo casi completo lleno de las variantes de pastas que hay en el mercado, algunas dignas de ser estudiadas o buscar explicaciones de cómo se comen.

Hoy día me pregunto cómo era posible que mis padres alimentaran al familión de seis personas en aquella época. Eran asalariados y recibían su paga cada quince días; los aumentos no eran comunes tampoco en esa época. Mami hacia magia y con tres o cuatro chuletas preparaba el caldero de macarrones, de donde comíamos todos. Nunca, nunca, nunca nos acostamos sin comer.

De esta forma esta receta se adoptó por parte de todos en mi familia y es de las que nos transportan a una niñez única, irrepetible, de incontables anécdotas y llena de muchas alegrías.

Receta:

Una caja de macarrones (puede ser la pasta de su preferencia)

Agua

Sal

Hervir según las instrucciones que vienen impresas en la caja de la pasta.

 

3-4 chuletas con hueso (las que tienen hueso tienen su grasita y enriquecen el sabor de la salsa para la pasta)

Aceite de Oliva

Ajo (puede ser fresco o en polvo) a gusto

Salsa de tomate

1-2 cucharaditas de sofrito puertorriqueño

Sobrecito de sazón con achiote (o lo que use para dar color a sus guisos)

Queso parmesano molido o fresco

Sal pimienta

Mientras hierve la pasta, corte las chuletas en pedacitos, del tamaño que mas le guste. Adobe los pedacitos con sal, pimienta y ajo. Calentar aceite de oliva en un sartén o caldero (una olla poder ser también). Sofría los pedacitos de la carne en el aceite de oliva hasta que estén cocidos y doraditos. Sacar aparte en un envase. En el mismo sartén, echar el sofrito, un poco mas de aceite de oliva, sofreír. Añadir salsa de tomate, el sazón y una o dos cucharadas del agua en que hirvió la pasta. Añadir la carne, tapar y esperar que espese un poco. Ir incorporando la pasta (sin el agua donde hirvió), mezclar con la salsa y añadir el queso parmesano. Al servir las porciones, colocar un poco más de queso en cada una. Buen provecho.

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