Cuando compré mi primera casa, lo hice en la misma urbanización donde crecí y me formé, a corta distancia de la casa de mis padres. Como vecina inmediata tuve a una señora llamada Doris que vivía alquilada y con quien primero hice amistad en esa calle. Doris tenia dos hijos que ya vivían independientes y la visitaban de vez en cuando.

Mi hijo en ese entonces apenas tenia dos años, y ella desde el día uno lo amó. En las tardes cuando llegaba de mi trabajo, Gian salía del carro y se iba directo al portón de Doris a llamarla. Ella se convirtió en cómplice y siempre le tenia dulces, galletitas o maltas, que él buscaba y se sentaba en el balcón a comérselos y a conversar con ella.

Niño al fin, tenia juguetes que regaba por toda la casa y que luego se negaba a recoger. Uno de esos días, cuando se negó a recogerlos, agarré una bolsa de basura y empecé a echar los juguetes, diciéndole que los iba a botar porque estaba cansada de recoger sus regueros. El me miro e hizo un gesto de que no le importaba. Arrastre la bolsa y la coloque al lado del zafacón frente a la casa y ahí la deje. Doris me pregunto que le pasaba a Gian y le conté de los juguetes sin recoger. A ella le dio pena y me dijo que iba a guardar la bolsa en su marquesina, hasta que hablara con él. La bolsa estuvo varios días en casa de Doris, en su marquesina. Días después, Gian fue a visitar a Doris y se dio cuenta de que en la marquesina había una bolsa con juguetes. Le preguntó a Doris y ella le dijo que eran de un niño que ella conocía. El contesto que se parecían a unos juguetes que la tenía; ella se echó a reír y le pregunto que les había pasado a sus juguetes. La respuesta fue honesta: mami los boto porque yo no los recogí. Doris con su sabiduría, le dijo que si él prometía recoger los juguetes des pues de jugar, podía llevárselos, pero que primero me pidiera permiso para traer los juguetes a la casa. Así Doris me enseñó que, aunque sean niños, ellos pueden comprender y entender las consecuencias de sus actos.  Esa tarde, también me enseñó a hacer un flan de queso, divino y que se prepara en 20 minutos. Fácil, sabroso y de una textura cremosa, el mejor que me había comido en años. Aquí la receta:

Flan de Doris

Caramelo

• -una taza de azúcar
• – 3 cucharadas de agua

Se colocan en un recipiente que sea fácil de manejar, va al microondas por 6 minutos. Al adquirir el color caramelo, se vierte en el molde que el que se hará el flan.

Flan

• 3 huevos
• Una lata de leche condensada
• Una lata de leche evaporada
• Una cucharadita de vainilla
• Ralladura de nuez moscada (a gusto)
• 8 onzas de queso crema (Philadelphia, preferible)

Poner todo en la licuadora y mezclar bien todos los ingredientes. Vaciar en el molde donde esta el caramelo. Poner en baño de María en la estufa y tapar. Cocinar por 15 minutos o hasta que salga limpio el palillo o lo que use para cotejar si está hecho. Si el utensilio sale limpio, el flan esta listo. Enfriar y desmoldar en un plato que recoja también el caramelo.

La receta puede variarse para hacer flan de diversos sabores: calabaza, pana, etc. Si el ingrediente a cambiar es sólido, lo único que hay que hacer es sustituir las 8 onzas del queso crema por 8 onzas del ingrediente a utilizar (calabaza, pana, batata, etc.)

Si el ingrediente es líquido, son varios aspectos que considerar. Para el de café, añadir un sobre de café instantáneo a la mezcla liquida (sin el queso). El de coco, sustituir la leche evaporada por leche de coco. Añadir ralladura de coco al molde donde se cocinará el flan.

Para el de vainilla, simplemente no añadir el queso crema. Añadir  una cucharada de esencia de vainilla o mejor el contenido de una vaina de vainilla.

Las combinaciones son infinitas. Experimentar con ellas es entretenido y los resultados sorprendentes.