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26 Nov 2018

Cubículo 19

Post by Ibis Rodriguez

Ese es el número de cubículo que me ha tocado para mi prevista última quimioterapia. No me fijé en el número de los anteriores, pero en este sí, porque tal vez es la última (así lo espero). Esto comenzó la primera semana de octubre, con el tratamiento para mi cáncer y sigo preguntándome ¿cómo pasó esto?

En la sala de espera, he visto pacientes llegar solos, tristes y mustios, desconozco sus razones y me provocan lástima. Nadie debería de pasar por esto en soledad, no es fácil. Especialmente en los días en que se cuelan pensamientos sobre la vida, la muerte y nuestro existir. Hay que conversar, de cualquier tema, distraernos, leer; así las horas pasan más rápido.

Durante esta travesía, me ha acompañado mi hermana. Se ha levantado conmigo en las madrugadas, me ha recordado los medicamentos a tomar, ha preparado mis loncheras, me llevó a cortar el cabello (o mejor dicho a raparme la cabeza cuando se me empezó a caer el pelo), ha llorado conmigo cuando ha sido necesario, me ha cocinado los antojos en esos días en que me he sentido horrible, no ha faltado a ninguna de mis citas médicas y ha entrado a escuchar y a hacer preguntas a mis médicos; en fin, es el ángel terrenal que Dios le dio a esta familia para que nos apoyara en momentos como estos.

No hay dinero ni acciones que puedan compensarle por lo que ha hecho. Mi hermana tiene A+, y a nadie en el mundo le ha tocado el privilegio de tenerla en la familia, solo a mí. Doy gracias a Dios por haber sido sabio al escoger entre sus hijos a los más unidos, solidarios, empáticos, de gran corazón e incondicional apoyo para constituir a la familia Rodriguez-Carro. Nos tenemos unos a otros y nada nos falta.

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