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26 Dic 2021

Hijo mío,

Post by Ibis Rodriguez

Hace unos meses me pediste que te escribiera algo, letras que tal vez quieres validen qué lugar ocupas en mi vida y cuánto te amo. Recuerdo te contesté, deja que organice mi espacio mental para que los sentimientos no nublen mi pensamiento. Aquí lo que te prometí.

Nuestra familia siempre ha sido de clase media. Una abuela que trabajó y fue de las pocas que guardó la honestidad y lealtad de servicio como empleada del gobierno de PR; eran otros tiempos. Abuelo, brillante, servidor, baluarte de una familia que se mantuvo en la humildad y ganó con trabajo un lugar en la sociedad. Siempre nos modeló un ejemplo, compasividad y ayuda a los demás. Lee Navidad en mi niñez, está en mi blog.

Cuando me enteré que estaba embarazada, por poco me muero. Pero inmediatamente supe que iba a seguir adelante. Tenía una familia solidaria, era profesional y podía afrontar lo que viniera. Que pasé las de Caín, ¡mis amigas te pueden contar!

Pero seguí adelante, sin bajar la cabeza, no había razón. Tu padre y yo nos enamoramos ¡y de qué manera! Siempre pedía a Dios que me permitiera apoyarte, amarte y ser incondicional contigo.

¡Oye, y mira que diste la batalla! Pregúntale a tu madrina Cuqui, ella sabe lo que tuve que enfrentar.

Naciste un 13 de enero, a inicios de año, Capricorniano. No tuviste paciencia para nacer cuando te tocaba, eso era un signo de lo arrojado que ibas a ser. Eso te hace un signo de tierra, que va muy bien con el mío, de agua.

De los 0 a la 10, todo bien. Cuando llegaste a esa edad, comenzaste a sentir que eras grande. En una ocasión no estuve a la hora acostumbrada para recogerte en el colegio y sin encomendarte a nadie caminaste de Puerta de Tierra al Morro. Se formó un corre y corre, que quizás ni te acuerdas, pero llegaste bien.

De los 12 a los 16, tuviste lo que cualquiera tuviera a esa edad, pero no fue fácil. Sin embargo, a Dios gracias, nada de drogas, nada de pastillas ni tampoco asuntos escondidos. Siempre te recordaba que tenías que cuidarte, que todo tenía un tiempo y que si te embarcabas en una paternidad iba a ser para toda la vida. ¡Olvidé un detalle!, siempre le dije a tu padre que te ibas con el cuándo supieras hablar y contarme como lo habías pasado. Tu familia paterna te aceptó desde el primer segundo. Nunca voy a olvidar la reacción hermosa de tu abuela Ramonita cuando te cogió la primera vez, fue memorable.

Ya has crecido, ya alcanzaste la edad adulta, ya has comenzado a darme motivos de orgullo. Eres un profesional, responsable, autosuficiente, buen amigo, proveedor y respetable. Las travesuras de juventud te formaron y mi recia crianza te moldeó. Tenemos historias, celebramos cumpleaños, viajamos, disfrutamos momentos buenos y malos. Ya voy a mi ocaso, sé que vas a estar para mí.  

Así que, te toca continuar, te toca seguir demostrando los valores que te inculqué. Te toca imitar a tu abuelo, abuela y demostrar que los sentimientos y valores se cultivan. Que has ido madurando, que vas comprendiendo cuál es tu misión en la vida y sobre todo, que siempre vas a estar ahí para quien lo necesite. Te amo infinitamente, incondicionalmente y sobre todo, inmensurablemente.

Mami

PD. Olvidé decirte que eres mi razón de vida, lo mejor que me ha pasado y que siempre estoy aquí para apoyarte, amarte y todo lo que la vida nos depare en este junte. 😍

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