Autenticidad

Aprendí a jugar el juego político muy tarde. O quizás, no aprendí, me quedé en la fila de los iniciados. Lo que sí estoy segura es que hasta donde llegué, fue suficiente. Si ocupar un estatus social implica renunciar a lo que creo, pues renuncio. Si me obliga a montar cara feliz y sostener la hipocresía del acuerdo, renuncio. Si tengo que doblegarme a fuerzas externas que utilizan su adulación para crear en mí falsa creencia, renuncio.

Quiero respirar la franqueza de una vida dedicada y disfrutada en la verdad, aunque me cueste el no escalar en los niveles sociales establecidos. Estar segura de que, al respirar, lo hago a pulmón limpio, sin sacrificios, ni respuesta a codo obligado.

Mis respetos a todos los que se amoldan a las esferas sociales impuestas. Pero más aún a los que valerosamente sostienen posturas genuinas libremente elegidas. Somos los que disfrutamos de la libertad que el diferir nos da, nos autoriza a dialogar y mejor aún, a provocar la reflexión en los demás.

Junio 2018

Bodas y funerales

Acabo de asistir a la boda de alguien querido. Estuvo hermosa, frente al lago, con un día espectacular. Al irme alejando del “gazebo” bajo el que se llevó a cabo la ceremonia, voy mirando el paisaje y pienso: “Hay alguna similitud entre bodas y funerales”.

En ambos eventos, los protagonistas se quedan solos; en la boda los novios para las fotos; en el velatorio, el cuerpo descansando para el trayecto hacia el cementerio al siguiente día. En ellos también se reúnen familiares, amigos y conocidos por diversas justificaciones. Y mientras me voy alejando de la graciosa garita/terracita/casita pentagónica, diminuta, del color de las tejas de casas españolas, me asalta el recuerdo de la sala funeraria en que hace unos meses estuve despidiendo a otro ser. Me inundó la misma sensación, aunque los eventos son opuestos entre sí, boda y funeral. ¿O acaso no?

Una boda puede acabar también en funeral por muchísimas razones: violencia entre la pareja, agrio divorcio por adulterio, separación por incompatibilidad de caracteres, etc. A la vez, ambas actividades son contradictorias en sí mismas. La boda pone fin a la ilegalidad de una relación que lleva tiempo sin estar socialmente inscrita. En el velorio, el retorno a la espiritualidad (según las creencias cristianas) inicia otra etapa indescifrable, desconocida y que queremos creer como perfecta, o al menos en esa creencia nos confortamos todos.

Pero también, podemos pensar que estos rituales inscritos en nuestro entorno social, cumplen su propósito en la vida. Por un lado, compartir la carga sentimental que implican y por otro, servir de catarsis para los recuerdos y anécdotas que encierran. La boda se planifica, se sueña, se celebra. El funeral es consecuencia de la muerte, que no avisa, te sorprende y por instantes te devuelve a la introspección necesaria para recordar la mortalidad que nos habita.

Bodas y funerales, ¡ironías de la vida!                                                                                           

Breath

Es una película filmada en el 2017, de la que no había escuchado en la promoción de las películas de cine comercial. Ha recibido la otorgación de 4.5 estrellas en Prime Video, de Amazon, por parte de los espectadores. El resumen que presenta de su trama pasa desapercibido y aparenta livianidad. De hecho, la escogí por la asignación de la cantidad de estrellas, no el resumen de la trama.

¡Es fenomenal!!!! Si fuera posible, duplicaba las estrellas. Este filme presenta la vida de Robin y Diana Cavendish, ingleses, que enfrentaron la adversidad y vencieron lo que todo el mundo decía era imposible.

Comienza con el momento en que se conocen y enamoran. Se casan y salen de viaje por razones del trabajo de Robin. De repente, él enferma y casi muere. En la época en que viven no había mucho adelanto con la enfermedad contraída y al inicio siguen al pie de la letra lo que la medicina le prescribe. Hasta que las voluntades se unen y es ahí cuando empieza esta extraordinaria trama, producto de la vida real de los Cavendish. No voy a dar más detalles, pues perdería el encanto el narrar lo que sucede y además, no es el objetivo aquí.

Es una película con diversos propósitos, a mi juicio. El más elemental, pasar un viernes en la noche tranquilo, con deseos de ver una buena película, que distraiga y ayude a desconectar del trajín de la semana. Pero, advierto, coloca al lado una caja de kleenex, para la lloradera que te provocará casi finalizando la misma.

Otro propósito, pedirle a aquellos que se quejan por todo y de todo, y que se sienten los más desgraciados del mundo, que se sienten a verla y reflexionen si en realidad son los más miserables sobre el planeta tierra. Apuesto a que cambiará su visión de vida y se olvidarán de lo que les aqueja.

También debe verla aquel que siempre tiene presente el “NO se puede”. La trama es una inyección de optimismo y de cómo vencer las adversidades, e ir contra la corriente que arrastra al ser humano a acatar lo que los demás dicen que es correcto y aceptable.

Es una película de amor, que resalta lo que debe ser más significativo en la vida: la familia, los buenos y verdaderos amigos, la búsqueda de lo que da felicidad y llena el corazón. Los demás, es “frosting”.

No menos importante, inspiradora para todos los que tienen a alguien con una condición terminal, para que vivan cada minuto en compañía y se desvivan por hacer la vida de estos más significativa. Al final, todos vamos a morir, y a los que les tocará más tarde, el recuerdo de los gratos momentos compartidos hará la estadía temporera más llevadera.

Espero que la disfruten, tanto como la disfrute yo.

Memorias

 

Tal vez por ser la mayor de cuatro hermanos, siempre he vivido rodeada de adultos. Puede ser que también haya algo en la personalidad que me permite entablar una relación de amistad con personas de mayor edad que yo. Ello me ha permitido cultivar relaciones de amistad grandiosas y que me han enseñado a vivir de las experiencias y a aprender de estas.

Siempre me había preguntado por qué la mayoría de los envejecientes recurren a la repetición de historias pasadas como temas de conversación en los encuentros o reuniones que sostienen. De golpe se me ocurre, que precisamente en esos recuerdos es que tal vez apoyan las vivencias del presente que se vive en la edad dorada.

Si es así, ¡pobre de los que les toca oír repetidamente esas historias! Pero también, pienso que debe ser triste también para el que la cuenta una y otra vez, pues le reitera que limitó sus posibilidades de una vida llena de aventuras y momentos dignos de ser recordados y contados.

La calidad de nuestra ancianidad indudablemente depende de cómo decidimos vivir nuestra vida, bien expresado es que todo tiene su momento y que en cada etapa de nuestra existencia estamos llamados a vivirla de manera intensa. Si no, ¿de qué memorias vamos a vivir cuando la mente y el cuerpo involuntariamente nos obliguen a cumplir lo que nos corresponde al pasar los años?

Así que solo resta decir, que procuremos llenar nuestra existencia de todo tipo experiencias que puedan ser recordadas en las postrimerías de nuestro existir, pues al fin y al cabo a eso es a lo que finalmente le llamamos: ¡Vivir!

PD:

ERI – sigue disfrutando cada momento sin parar, con $ y sin $$.

TRC- que bueno que has encontrado tu felicidad

A mis sobrinas: tengan todos los novios que se les antojen, ¡al final siempre será una sorpresa con quien decidirán emparejarse!

Madrina

 

En el periódico de hoy aparece el titular: Beatriz Rosselló, Feliz como madrina de San Juan Moda. En otro momento tal vez ni me enterara de que existe ese título. Pero hoy, 22 de diciembre de 2017, no puedo dejar de detenerme y aunque sea mirar el artículo. Resume la intención de este organismo este año y de cómo la primera dama del país es pieza clave en esas intenciones. Eso está bien, dentro del caos una noticia agradable y que pretende quizás abstraernos un poco de la realidad que vive Puerto Rico.

No estoy en mi isla, no participo de la política, desconozco los pormenores de lo que es San Juan Moda. Lo que me desconcierta es el no ver más titulares que expongan las gestiones de los que tienen la responsabilidad mayor de trabajar por la sociedad en general para recuperar nuestra calidad de vida.

Son muchos los que están abandonando el país y no precisamente con alegría o nuevas esperanzas. La mayor parte sale obligada por las circunstancias, llenos de incertidumbre, con miedo y en lo más recóndito de sus almas, una desolación y tristeza profundas, porque están conscientes de que no será fácil volver a comenzar y enfrentar otras vicisitudes, pero fuera del calor humano que se transpira Puerto Rico.

Son muchas las madrinas y padrinos que necesita la Isla para salir adelante, que trabajen con el necesitado, con las comunidades más pobres, con nuestros ancianos que se están muriendo por varias razones, con los comerciantes locales que hacen maravillas para poder subsistir y de paso dar la ayuda a sus fieles empleados que están en igual o peor situación.

El Día de Navidad, voy a PR. Todavía no he pisado tierra y ya tengo el corazón apretado, susto en el alma y la tristeza estacionada en el cuerpo, producto anticipado de lo que voy a encontrar. Cierro los ojos y quisiera tener la varita mágica que borre las desgracias, conceda los deseos y pueda otorgarle al país la solidaridad y la hermandad necesarias que trasciendan los niveles sociales, para verdaderamente ver la transformación que necesitamos.

Domesticamos jugando

Hoy me puse a buscar en el web algún juguete para regalarle a mi nieta-sobrina (hija de mi sobrina), que tiene un año y medio. En esa selección trato de combinar lo que es adecuado a la edad, lo que debe ser practico, educativo y entretenido a la vez, y que no se convierta en juguete momentáneo. Durante la búsqueda, me percaté de que ¡hay más opciones para nenes que para nenas! Me explico.

En cada página se me presentó que 9 de cada 12 (aprox.) juguetes eran dirigidos para niños y ¡hasta más divertidos!!!!

Hay carritos que hacen ruidos, herramientas de juguete, piezas para montar, bloques de plástico para construir, helicópteros de control remoto, caballitos para montar, y la lista es interminable. Sin embargo, los juguetes destinados para niñas, son menos y ¡me sorprenden y enojan ! Tablas de planchar, cocinitas, muñecas Barbie, escobitas, mapos, hornitos, etc. Lo que me valida que somos todos culpables de lo mal que anda el mundo (como dice Mafalda, mi personaje favorito).

¿Qué tal si a los niños les permitiéramos jugar con muñecas? Tal vez aprenderían a tratar a las féminas como damas todo el tiempo y serían más delicados en su relación con ellas. A lo mejor, cuando se convirtieran en papás, no existirían las excusas para compartir las tareas del hogar en forma igual, saber vestir peinar y arreglar a la prole sin distinción de géneros, y hasta comprendernos mejor en todo.

¿Y si a las niñas les regaláramos bates de pelota, carritos, motoras y juguetes de construcción? A lo mejor se borraría la línea invisible, pero presente, entre las profesiones categorizadas. Tendríamos más mujeres protagonistas en empleos de liderazgo, se hubiese inventado ya una manera más sencilla y práctica para cambiar una goma vacía del carro, desaparecería el discrimen tácito en la contratación de mujeres con hijos pequeños, etc.

Sé que este escrito no va arreglar el mundo, pero espero poder provocar que esta Navidad, todos se enfoquen en seleccionar regalos no tradicionales, que contribuyan a educar ciudadanos productivos, capaces de reconocer sus talentos y utilizarlos para transformar nuestra sociedad. ¿Quién se apunta?

 

Resiliencia

 

Acabo de ver este video : https://www.facebook.com/plugins/video.php?href=https%3A%2F%2Fwww.facebook

Me dice un colega que ya lleva un tiempito en las redes, pero como no paso mucho tiempo conectada a ellas, sino a la vida, no lo había visto. El video me dejó sin palabras. Esta mujer con todas las discriminaciones existentes que puede un ser tener, nos da un ejemplo de que no hay límites, no hay fronteras, ni lindes imposibles de cruzar. Es un video necesario y obligado para ver cuando nos asalten los destructores pensamientos que verbalizamos con un “no puedo”. O tal vez, cuando nos sintamos tan agobiados por idioteces que nosotros mismos creamos ante las situaciones que nos trae la vida.

Maysonn Zayid es extraordinaria, con todo lo implica el adjetivo. Si añado algo más, arruinaré lo que muestra el video. Disfrútenlo.

 

Cajitas de cartón

Las mudanzas ya son parte de mi rutina. Las veo como un “refresh” y una forma de sacudirme el hastío y la monotonía que puede producirnos el día a día común. He perdido la cuenta de cuántas veces las he realizado, pero nunca he olvidado los lugares donde he vivido y a quienes he conocido.

En la vida de todos al menos debe de experimentarse el tipo de vivienda que se acomode a los momentos que nos toca vivir, o al menos eso creemos algunos: un apartamento de soltera, una casa para cuando crece la familia y nuevamente otro apartamento cuando vamos envejeciendo, por aquello de tener menos que limpiar y de paso dedicar mayor tiempo a lo que es realmente importante siempre, pero que lo posponemos por inversión involuntaria de prioridades, vivir.

Estoy en la vivienda de recogimiento y esencialidades: cocina, sala-comedor, un baño, laundry y dos habitaciones por obligación (hasta que el hijo de mis entrañas entienda que tiene que independizarse y dejarme hacer lo que realmente me dé la gana con mi vida, todavía y próximo a cumplir 24, vive conmigo 😩).

Eso fue un desahogo, ahora voy a lo que quiero compartir 😉.

En este nuevo espacio la construcción es de madera y gypsum board. Todo lo que hace quien vive arriba, lo escucho o lo puedo imaginar. Al principio, me pregunté si había sido buena idea quedarme en un primer piso y ahorrarme las escaleras, especialmente cuando llego cargada de paquetes y bultos. Lo cierto es que quien habita arriba a veces se olvida que convive con alguien abajo; es decir su piso es mi techo.

Durante las primeras semanas, el trajín de arriba me parecía aceptable; después de todo de una forma u otra los ruidos mermaban o desaparecían durante periodos bastante largos. Pero, llegó una madrugada en que interrumpió mi sueño, el escándalo que protagonizaba la inquilina de arriba (llegue a saber que era mujer y asistente de vuelo, por casualidad un día). La muy maldita, sin encomendarse a nadie, tenía un escándalo a las 2 AM, producto de su torrentoso revolcón con su visitante tempranero o nocturnal, que evidenciaba lo bien que la estaban pasando.

Es por eso que voy a proponer una ley que proteja a los inquilinos de un primer piso para que, como requisito para vivir en un segundo piso, se prohíban las visitas, estadías o alojamiento temporero a toda aquella persona que llegue con la intención de sucumbir a los deseos carnales (o sea tener intención de ¡sexo!!!), para que no torturen a los que vivimos abajo y por elección hemos decidido mantenernos en castidad ¡hasta nuevo aviso! (o nuevo compañero),  .

 

Economía de palabras

 

Lo confieso, tengo problemas con los acrónimos. Problemas serios. Me resulta casi imposible descifrarlos y más sin son en inglés.

Los idiomas siempre están en transformación, pues nosotros, los usuarios, somos los que determinamos cómo nombrar lo existente. Pero esto del uso “normal”, diario, constante, de los acrónimos puede provocar la duda intelectual y hasta la alteración de la proyección facial de cualquier hablante. A mi tal vez más, no porque esté dentro del purismo del idioma, pero sí porque dentro de la educación “bancaria” que recibí, me enseñaron que las abreviaturas eran o debían ser universales. Tengo claro que abreviatura y acrónimo no son lo mismo, pero se entrecruzan y bailan ante nuestra lectura y audición, con una comparsa natural, que nos hace poner cara de ignorantes o peor, para quedar bien, afirmar que sabemos lo que significan, por aquello de estar a tono con la palabra del “momento”.

OPD, OBT, CRM, TQM, ETS, MA, etc., son solo algunos de los que he tenido que descifrar en este nuevo territorio que escogí para vivir. Mi ignorancia se vuelve más aguda, cuando me los envían en ¡mensaje de texto! Todavía no logro descifrar algunos de ellos y opto por ignorarlos.

Definitivamente, añoro las notas o mensajes escritos a puño y letra, como antes, aunque estén llenos de errores ortográficos como fue el que me dejó un enamorado en el cristal del carro en una ocasión: “Mi amol, vine a dalte una solpresa”. Al menos era entendible y no dejaba lugar a dudas de su intención, muy diferente a t.q.m., que puede ser “te quiero mucho”, “te quiero matar” o hasta “te quejas mucho”, ¿no creen?

PD. El enamorado pasó a la historia, un poco parecido a lo que hizo la protagonista del cuento Ortografía, de Ángeles Mastretta, con su marido. Léanlo y se enteraran.

Todos vuelven

 

Todos vuelven a la tierra en que nacieron;

al embrujo incomparable de su sol.

Todos vuelven al rincón de donde salieron;

donde acaso floreció más de un amor.

Rubén Blades

 

 

 

Soy fanática de Rubén, desde siempre. Sus letras, su musicalidad, su intelecto (que no es lo mismo que inteligencia, de lo que presumen a los que más les falta), su humildad y trascendencia musical universal siempre me han demostrado lo polifacético que puede ser una persona. La letra de la canción Todos vuelven, encierra parte de la esencia humana. Es cierto, todos volvemos a nuestro lugar de origen, al lugar que nos vio crecer, a la tierra en que nos tocó nacer. ¿Por qué?

 

Nos llama, se mete en los sueños sin autorización, se presenta como evocación ante un olor o un paisaje similar, más jamás igualable. Y de repente, todo lo que nos molestaba, criticábamos y nos hacía perder la calma, se convierte en el reconocimiento de nuestra idiosincrasia, que siempre estuvo ahí, pero que tal vez no aceptábamos; que ahora nos resulta simpático y necesario para no olvidar nuestras raíces, para mantener lo que llamamos cultura y ser embajadores autonombrados de nuestras costumbres, de lo que nos distingue como raza, de lo que nos enorgullece como pueblo.

 

Todos volvemos, porque es inevitable el extrañar, porque la sensación que nos da el regresar solo se compara con la alegría de estar en familia y saber que solo en nuestra tierra nos sentimos apoyados, en confianza y armados de valor para conquistar el resto del mundo.

 

A los que hemos llegado a lo que podemos llamar el municipio 79 de Puerto Rico, la Florida, movidos por las situaciones (de todo tipo, porque “María” ,no creo que sea la única culpable), nos corresponde el deber de mantener el amor a nuestro pedacito de tierra y el orgullo por nuestro origen, pues al final “todos volvemos” (edito sin haberle pedido permiso a Rubén) al rincón de donde salimos, a los recuerdos de nuestra niñez.