Envejecimiento II

En uno de mis escritos anteriores hablé de lo pendejas que nos volvemos a medida que vamos envejeciendo; ese miedo a ciertas circunstancias y elementos que nos paralizan. Ahora quiero compartir sobre este fenómeno que casi ninguna habla y que es tan real como el hecho de que existimos en el planeta: ¡el envejecimiento!

Hace unos meses, creo que fue al inicio de la pandemia, compartí con mi hermana que estaba notando el crecimiento de vellos en área de mi cara, algo que nunca había notado o padecido. Mi hermana me respondió: “¡Ay, nena, a mí también me pasa! Cómprate X crema y úsala cada cierto tiempo para removerlos”. Consejo que sigo al pie de la letra en los últimos meses, ¡cada vez que veo que me falta poco para convertirme en loba!

Lo que me mueve a escribir es que todavía estoy preguntándome, y negándome, a qué se debe este fenómeno. No sé si alguien más comparte esta experiencia, pues no he leído publicaciones relacionadas. Pero la realidad es que: ¡nos crece pelo en donde no debe y escasea en otras áreas en las que siempre había existido abundantemente!

¿Quién me explica este fenómeno o por lo menos me lo justifica? Cuando empezamos la pubertad, esa área comienza a cubrirse de un vello suave, escaso al comienzo, y poco a poco se va encrespando y desarrollándose, hasta cubrir todo nuestro pubis. Alguien se inventó que debíamos afeitarnos y procurar que siempre estuviera lista, como piel de bebé tersa, para cuando llegara la ocasión (lo que eso signifique para cada cual). Pasamos los ’50 y comienza a escasear el vello, se hace más fácil la depilación o rasuración (el método que a cada cual le convenga), pues casi no hay nada que remover. Incluso, van apareciendo “atrevidos” color blanco, que nos avisan la entrada de una nueva etapa vital.

Alguien se equivocó en las recomendaciones. La etapa de depilación o rasuración debe empezar a los ’50. Así eliminamos la confirmación de envejecimiento “allá abajo”, como la eliminamos arriba con la keratina y el tinte. Además de agregar el olor que nos dé la gana, como el de manzana prohibida, la pera fresca y la fresa recién cortada. Total, ¡a ellos les va peor con el envejecimiento! Aunque pites, como dice Johnny Ventura, el levante no llega o peor, ¡se muere cuando vas al rescate! Al menos a nosotras, las señales nos obedecen, por ser brujas, mujeres o simplemente porque dominamos toda la bendita humanidad.