Indiscreto oído

Primera llamada:

Hola sou yo, vamos para Pe erre. ¿Sabes si Vieques está abierto?

Este viaje es mi regalo cumpleaños pa’ ella.


Acuérdate que voy pa’ ‘lla el domingo.


No, si lo que quiero es que la conozcan.

(lo tengo suficientemente cerca y escucho una respuesta, con voz femenina)

  • No puedo recibirte, porque acuérdate que Tita tiene cáncer y no puedo recibir a nadie.


Nada tranquila , solo voy a turistear, caminar por la acera.  Voy a ‘stal hasta el domingo na’ más.

Fin de la conversación.

Se voltea y le comenta a quien le acompaña:  Hace dos goras que estamos aquí, tempranito.

Vuelve a marcar número y comienza la segunda “pública e invasora” llamada:

Dímelo “Cidito”, ¿estás durmiendo, cabrón?


Yo te iba a compral la ropa nueva, llegué y hicimos las maletas y na’ aquí estamos.


Ya mismito salimos, esta cabrón, esta cabrón. ¿Y tú estás bien, cabrón?


Dale tranquilo.

Ya mi prima me soltó la llave del apartment en la Parguera.  Así que voy pa’ ‘lla, a comer y na’, a pasial por allí, cualquier cosita me tiras por aquí.

Tercera llamada:

¡Hey fucking bich!, chacho aquí encabronao , la hija mía viene y lee el tique al revés, salimos a las 9, chacho el avión sale a las 9. Ella leyó la info del de venir pa’ tras.



Aquí esperando como un huele bicho, pero na’. I forgot, dile que se los envío ahora en cashout! Se los envío ahora, $100, 20 que me dio y 80 pa’ que compré, que pida que hay, que no escatime. Jey, don’t forget, please, please, please por paycash.

Warevel, pa’ envialo ahora mismito. Oka.

Este personaje ha sido uno de los tantos que encuentro en los aeropuertos y que me entretienen durante las horas de espera por un vuelo. ¿Su “pinta”? Shorts, camiseta y tennis más caros que mi cartera, de eso estoy segura. No pasa de 40 años, aunque se ve maltratadito. ¿Quién le acompaña? Mucho menor que él, con uñas a lo Ivy Queen, cejas tatuadas y chicle en boca, estilo Cardi B.

¡Y eso que estamos a mitad de una pandemia!