Memorias

 

Tal vez por ser la mayor de cuatro hermanos, siempre he vivido rodeada de adultos. Puede ser que también haya algo en la personalidad que me permite entablar una relación de amistad con personas de mayor edad que yo. Ello me ha permitido cultivar relaciones de amistad grandiosas y que me han enseñado a vivir de las experiencias y a aprender de estas.

Siempre me había preguntado por qué la mayoría de los envejecientes recurren a la repetición de historias pasadas como temas de conversación en los encuentros o reuniones que sostienen. De golpe se me ocurre, que precisamente en esos recuerdos es que tal vez apoyan las vivencias del presente que se vive en la edad dorada.

Si es así, ¡pobre de los que les toca oír repetidamente esas historias! Pero también, pienso que debe ser triste también para el que la cuenta una y otra vez, pues le reitera que limitó sus posibilidades de una vida llena de aventuras y momentos dignos de ser recordados y contados.

La calidad de nuestra ancianidad indudablemente depende de cómo decidimos vivir nuestra vida, bien expresado es que todo tiene su momento y que en cada etapa de nuestra existencia estamos llamados a vivirla de manera intensa. Si no, ¿de qué memorias vamos a vivir cuando la mente y el cuerpo involuntariamente nos obliguen a cumplir lo que nos corresponde al pasar los años?

Así que solo resta decir, que procuremos llenar nuestra existencia de todo tipo experiencias que puedan ser recordadas en las postrimerías de nuestro existir, pues al fin y al cabo a eso es a lo que finalmente le llamamos: ¡Vivir!

PD:

ERI – sigue disfrutando cada momento sin parar, con $ y sin $$.

TRC- que bueno que has encontrado tu felicidad

A mis sobrinas: tengan todos los novios que se les antojen, ¡al final siempre será una sorpresa con quien decidirán emparejarse!

Madrina

 

En el periódico de hoy aparece el titular: Beatriz Rosselló, Feliz como madrina de San Juan Moda. En otro momento tal vez ni me enterara de que existe ese título. Pero hoy, 22 de diciembre de 2017, no puedo dejar de detenerme y aunque sea mirar el artículo. Resume la intención de este organismo este año y de cómo la primera dama del país es pieza clave en esas intenciones. Eso está bien, dentro del caos una noticia agradable y que pretende quizás abstraernos un poco de la realidad que vive Puerto Rico.

No estoy en mi isla, no participo de la política, desconozco los pormenores de lo que es San Juan Moda. Lo que me desconcierta es el no ver más titulares que expongan las gestiones de los que tienen la responsabilidad mayor de trabajar por la sociedad en general para recuperar nuestra calidad de vida.

Son muchos los que están abandonando el país y no precisamente con alegría o nuevas esperanzas. La mayor parte sale obligada por las circunstancias, llenos de incertidumbre, con miedo y en lo más recóndito de sus almas, una desolación y tristeza profundas, porque están conscientes de que no será fácil volver a comenzar y enfrentar otras vicisitudes, pero fuera del calor humano que se transpira Puerto Rico.

Son muchas las madrinas y padrinos que necesita la Isla para salir adelante, que trabajen con el necesitado, con las comunidades más pobres, con nuestros ancianos que se están muriendo por varias razones, con los comerciantes locales que hacen maravillas para poder subsistir y de paso dar la ayuda a sus fieles empleados que están en igual o peor situación.

El Día de Navidad, voy a PR. Todavía no he pisado tierra y ya tengo el corazón apretado, susto en el alma y la tristeza estacionada en el cuerpo, producto anticipado de lo que voy a encontrar. Cierro los ojos y quisiera tener la varita mágica que borre las desgracias, conceda los deseos y pueda otorgarle al país la solidaridad y la hermandad necesarias que trasciendan los niveles sociales, para verdaderamente ver la transformación que necesitamos.